Hipertensión Arterial: cómo cuidar tu salud cardiovascular
La hipertensión arterial es la elevación de la tensión sanguínea de manera constante en el tiempo. Es uno de los factores de riesgo más relacionados con la salud cardiovascular. Además no suele presentar síntomas, por lo que muchas veces se hace un diagnóstico tardío de la misma. Por todo ello la prevención es fundamental, y en este caso una alimentación saludable es un factor clave.
La primera medida a tener en cuenta es reducir el consumo de sal añadida, así como también todos los alimentos precocinados y ultraprocesados que suelen llevar grandes cantidades de sal; tales como los embutidos, carnes grasas, quesos curados, snacks salados, etc.
El problema que supone la sal
¿Sabías que aproximadamente el 70% del sal que ingerimos es a través de productos ultraprocesados y no de la sal que se añade a los alimentos? Por lo tanto retirar el salero de la cocina puede ser una buena opción, pero no sería lo único a tener en cuenta para reducir la hipertensión arterial.
Muchas veces se piensa que al reducir la sal añadida a los alimentos las preparaciones estarán sosas o sin sabor. Pero esto no es así, si en su lugar se utilizan especias y condimentos. Además podemos cocinar con técnicas culinarias que fomenten el sabor como el horno, el papillote, la plancha, etc. Evitando así mismo las frituras y rebozados.
Por todo ello la base de nuestra alimentación debe estar formada por frutas y verduras frescas, legumbres, carnes magras, pescados y huevos, lácteos naturales y cereales integrales. Además de unos hábitos alimentarios saludables es fundamental evitar el sedentarismo y realizar actividad de forma diaria. Así como evitar el tabaco y la ingesta de alcohol.
Por último no debemos olvidarnos de comprobar el etiquetado de los productos para ver si en la lista de ingredientes aparece la “sal”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no tomar más de 5 gr sal/día. Por lo tanto, es fundamental fijarse que el contenido de sal de los productos que tomamos no exceda los 1,25 gr de sal/100 gr. Para considerarse un producto “bajo en sal” debe tener menos de 0,25 gr de sal/100 gr.