Nutrición

Por otra parte, las personas que padecen alguna enfermedad neurológica poseen un mayor riesgo nutricional y es imprescindible realizar una valoración y abordaje terapéutico, específico e individualizado. Un ejemplo es la dieta cetogénica; que a pesar de que su mayor creencia y uso es para bajar de peso; estudios científicos actuales muestran que es una herramienta útil en el tratamiento de la epilepsia en niños. Además, la alimentación también adquiere relevancia a la hora de ralentizar el avance de la sintomatología de ciertas enfermedades neurológicas, como la enfermedad del Parkinson, el Alzheimer y síntomas asociados a las mismas como la disfagia, que si se trata de forma adecuada y con un trabajo interdisciplinar, puede evitar efectos negativos tales como la desnutrición.

Por lo tanto, el tratamiento nutricional es una parte imprescindible en la mejora del pronóstico y calidad de vida de los pacientes con patologías neurológicas.

Un pilar fundamental para todo lo mencionado y que el cambio de hábitos sea prolongado en el tiempo es la educación alimentaria, por lo que las consultas irán enfocadas hacia el cambio de hábitos y aprendizaje de los mismos. Realizando un plan nutricional totalmente individualizado, adaptado a los gustos y preferencias de cada paciente, así como a sus necesidades personales y fisiológicas.